Erase una vez, unas
aguas fluían, bravas y sueltas, desde lo alto del Pirineo hacía Zaragoza
creándose paso entre preciosos valles y montañas. Tan bello fue el camino
creado por las mismas, que los Galos lo eligieron como vía de comunicación y lo
bautizaron “Flumen Gallorum” que evoluciono hacía rio Gállego. Su líquido
sagrado fue de siempre usado para satisfacer las necesidades de nuestros
antepasados, necesidades que con la evolución de los tiempos se hicieron
crecientes... Hoy su curso, sobreexplotado, se ve transformado y dibujado tal
una obra de fontanería desde ajenos despachos… Sus cristalinas aguas se quedan
canalizadas o atrapadas en varios pantanos y presas para usos hidráulicos y de
regadío. Su color azul turquesa se oscurece tras recibir productos químicos
procedentes principalmente de la industria y agricultura, su original belleza
llega degradada a Zaragoza
De sus 220
kilómetros, el rio Gállego supo conservar virgen 30 kilómetros de sus bellas y
bravas aguas entre dos pantanos. Con fuerza y energía fluyen por el
camino que ellas mismas se dibujaron, entre los tonos rojos, ocres, verdes y
majestuosos de los parajes de una zona bautizada la Galliguera. La singularidad
y belleza de sus paisajes son un simple y gran homenaje a sus aguas tan
queridas…
… que no puede tener
final
Desde los años 70, la
Galliguera vibra frente a la amenaza de ver sus bravas aguas atrapadas en un
pantano llamado “Biscarrués”, para el beneficio de unas plantaciones de arroz
en un desierto. Tiemblan sus habitantes y decenas de miles de turistas
“fluvio-felices” que vienen cada año a vivir la magia de sus rápidos de la mano
de una industria turística responsable, que ha sabido dinamizar una zona antes
abandonada al destino de la despoblación. Tiritan las numerosas especies,
muchas protegidas, que han hecho de su nido las riveras de la Galliguera.
Galos, iberos hoy nos
necesitan. Nos reclaman, desde la honradez y la sensatez, para proteger el
único tramo aun virgen y bravo de una joya al natural: el Rio Gállego.
El proyecto de
Biscarrués tan descomunalmente nefasto con una obra original dibujada en el
papel que con su lápiz de goma borraba pueblos y habitantes del mapa sigue en
su “reducida” versión destruyendo la sostenibilidad de todo un territorio y de
un eco-sistema.
¿Qué futuro tienen
estas tierras d´A Galiguera si una gran tubería viene a anegar su eje
vertebrador?
La moral de la
historia…
- Por sus
características, la presa de Biscarrués, por muy pequeña que quiere sonar
35Hm3, debería construirse con un enorme agujero para almacenar agua
únicamente cuando hayan crecidas. Esta obligación desmonta su compatibilidad
con la navegación y el turismo ligado, ya que la fuerza de succión generada por
el gran chorro de agua impediría tales usos en una zona muy amplia además de
anegar más de la mitad del tramo del rio hoy turístico.Un 15% de los niños del colegio de Ayerbe
proceden de familias que viven directamente del Turismo Activo, se estima al
40% los que lo acuden de manera directa e indirecta ¿Queremos mantener la ESO
en Ayerbe? ¿Queremos un futuro para la Galliguera?
- Las
condiciones medioambientales exigidas por la última declaración de Impacto
Medioambiental, convierten el precio del agua en imposible de pagar por los
regantes. ¿Hemos de quitar el agua de boca de algunos
para que otros no se la sepan pagar?
- El
Milano Real y cientos de otras especies que planean encima de nuestras cabezas
anidan en las orillas del Gállego. ¿Las encerramos en una jaula o llamamos al
camión de mudanza?
- Todo
esto sucede mientras existen alternativas propuestas por los expertos que hacen
que el pantano de Biscarrués no sea imprescindible. Un ejemplo son las balsas
laterales, otro una mejor utilización de El Grado. ¿Hemos de destruir un
territorio vivo, lleno de una magia natural presidida por sus célebres Mallos
bañándose en el rio Gállego? ¿Ya os habéis paseado por Tiernas, Ruesta, Escó?
¿Queremos lúgubres pueblos en vez de alegría y vida?
- El
respeto hacia los ancianos… Iberos, galos, lucharé, lucharemos juntos por
conservar lo que es y lo que debe ser, un rio Gállego vivo, bello y libre aún
que sea únicamente para 30 kilómetros…
Inés DEWULF, “gala”,
madre de familia numerosa en Biscarrués, gerente de una empresa de Turismo
Deportivo de Murillo de Gállego